miércoles, 13 de febrero de 2013

Monte Igueldo, Monte Urgull e Isla de Santa Clara

MONTE IGUELDO






La subida a esta entrañable montaña se hace a través del funicular, que es el único de España que mantiene todos sus vagones originales. Al llegar arriba encontramos el parque de atracciones que destaca por su torreón y la montaña suiza lo que provoca incertidumbre al no ser rusa como estamos acostumbrados a escuchar.

Tanto el funicular como el parque de atracciones celebraron en 2012 su centenario. Esto hace que sean aún más especiales.

Una anécdota muy graciosa y real:
Era una clienta del hotel que vio que había un trenecito que bajaba hasta la ciudad y preguntó en la recepción cómo cogerlo. La mujer, diligente, siguió las instrucciones que le habían facilitado. “Al salir del hotel, a mano izquierda hay un túnel, lo pasa y verá unas escaleritas, las baja y ya está”. Pero en vez de en los vagones rojos del funicular reparó en otros azules, que le debieron convencer como método de transporte idóneo hasta la playa de Ondarreta y compró su billete. Subió a la Montaña Suiza y a los cinco minutos regresó al hotel, despeinada y agitada diciendo que ese trenecito no bajaba a la ciudad.




                                                                         Funicular


Montaña Suiza


MONTE URGULL







Lo más característico de este monte es que conserva fortificaciones que en su día rodeaban por completo a la ciudad.

En la parte más alta está el castillo de la mota. Encima de una de las tres capillas encontramos la imagen del Sagrado corazón de Jesús de 12´5 metros.




En contraste con la arquitectura e historia es un lugar ideal para observar las ciudad gracias a las vistas que ofrece. Durante los días de fuerte oleaje los Donostiarras y turistas utilizan este lugar para observar las peligrosas pero magníficas olas.


ISLA DE SANTA CLARA





Este islote de casi 6 hectáreas situado en el centro de la bahía de la concha es un atractivo turístico al que en verano se puede acceder en un original barco pesquero.

Posee un embarcadero y una pequeña playa que sólo aparece con las bajamares pero cuenta con pequeñas explanadas de hierba donde reunirse y pasar el día. Destaca el faro blanco que se yergue en su cima.

Curiosidades de esta isla son que a finales del siglo XVI fueron trasladados los contagiados por la peste que en esa época asolaba a la capital guipuzcoana y que hay posibilidad de alquilar la isla por un día con fines lúdicos.

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